A todos nos ha mostrado Dios su amor incondicional durante el año, pero dejame decirte que él te espera. Puede esperarte a través de estos Sacramentos, que son fuente de salvación y sanidad para nuestras vidas. Es nuestra Fe quien nos mueve a recibirlos de manera eficaz. Jesús obra en nosotros en la vida cotidiana, no hay elementos extraordinarios. Es su forma de expresarnos cuánto nos ama. Hay relación entre el signo y el acontecimiento, al igual que con el agua durante nuestro Bautismo. Un Sacramento solamente fortalecerá tu Fe, haciendo expresión de ella. Cristo mismo los instituye, haciendo que nos llegue fortaleza de vivirla.
Son una manera de comunicarnos con el Señor y viceversa. Los creó para darnos fortaleza interna en la Fe. Cada uno de ellos corresponde a distintas etapas importantes de la vida, para crecer en ese camino. Nos brinda cada uno de ellos cuando nuestro corazón comienza a dudar. Estos se dividen en tres categorías:
Iniciación: Nos inician en la vida de la Fe.
Curación: Nos ayudan a la sanación interior y nos fortalecen en enfermedad.
Servicio: Orientan nuestra vida en Cristo.
Cada uno nos vuelve más similar a Jesús e incluso a su corazón de buen pastor. Por eso es muy importante conocer sus nombres, estos son: Bautismo, Orden Sagrado, Comunión, Confirmación, Reconciliación, Unción de los Enfermos y Matrimonio. El sacramento de Reconciliación o bien llamado Confesión, es un abrazo hacia nosotros, los hijos muy amados del Padre, por parte de nuestro Salvador Jesucristo. Ahora, cuéntenme ¿cuál es su experiencia con estas fuentes de vida? ¿asistieron a alguna de ellas alguna vez?
¿Te animás a caminar en este amor verdadero y hacer tu vuelta a casa?
-Sofi
PCC Adrogué 2019.
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