¡Hola, mi nueva familia digital! Acá Sofi otra vez, en otra entrada muy especial. Hoy les voy a hablar de una celebración que tenemos como Cristianos Católicos, llamada Corpus Christi. Pero sin duda se estarán preguntando de qué trata ¿no? A eso vamos, tranquilos. Se conoce esta fiesta tan bonita como la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo. Su fin es adorar la presencia de nuestro Señor Jesucristo a través de la Eucaristía. Este día se recuerda su institución, que se llevó a cabo en Jueves Santo durante la Última Cena. Allí Jesús convirtió el pan en su Cuerpo y el vino, en su Sangre.
En resumidas cuentas, es un día muy especial para nosotros como familia. Es una fiesta con mucha convocatoria, no es para menos. Todos juntos adoramos al Señor en su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Así celebramos como una familia, siendo una parte importante de ella porque aportamos desde nuestro lugar con mucha alegría y energía para esta celebración en particular. Sin duda contemplar el corazón de Cristo en esta ceremonia, nos invita a dejar el individualismo.
Juntos así apostamos por un bien común y nuevamente podemos llevar un mensaje de amor entre hermanos. Somos el rebaño que vuelve a casa, bajo la protección de aquel que nos ama y anima a seguir su camino de luz. Somos la luz del mundo, con Jesús haremos todo brillar. Sé que para muchos de nosotros no fue fácil al inicio, yo misma vi tanta gente y me alegré, pero también me sentí un poco desorientada ¿por qué estamos todos juntos celebrando? Pensé esto. No entendía, no me entendía, todavía no había despertado pero sin embargo, era feliz.
Sin embargo, se sintió realmente que éramos uno en este día. Espero que ese sentimiento nunca desaparezca, junto con las sonrisas de los hermanos que han compartido conmigo ese momento único. Que no se apague nuestra Fe y podamos llevarla a cada corazón que encontremos perdido en el andar. Porque nosotros estamos resucitados para hacer nuestro viaje, haciendo el bien, gritando que somos amados, que podemos amarte también. Extendé tus manos, porque podemos tomarlas para caminar a tu lado.
Pero ¿qué sería de nosotros si calláramos el amor que Jesucristo nos hace sentir?
Juntos así apostamos por un bien común y nuevamente podemos llevar un mensaje de amor entre hermanos. Somos el rebaño que vuelve a casa, bajo la protección de aquel que nos ama y anima a seguir su camino de luz. Somos la luz del mundo, con Jesús haremos todo brillar. Sé que para muchos de nosotros no fue fácil al inicio, yo misma vi tanta gente y me alegré, pero también me sentí un poco desorientada ¿por qué estamos todos juntos celebrando? Pensé esto. No entendía, no me entendía, todavía no había despertado pero sin embargo, era feliz.
Sin embargo, se sintió realmente que éramos uno en este día. Espero que ese sentimiento nunca desaparezca, junto con las sonrisas de los hermanos que han compartido conmigo ese momento único. Que no se apague nuestra Fe y podamos llevarla a cada corazón que encontremos perdido en el andar. Porque nosotros estamos resucitados para hacer nuestro viaje, haciendo el bien, gritando que somos amados, que podemos amarte también. Extendé tus manos, porque podemos tomarlas para caminar a tu lado.
Pero ¿qué sería de nosotros si calláramos el amor que Jesucristo nos hace sentir?
-Sofi.
PCC Adrogué 2019.
Comentarios
Publicar un comentario