Buenas noches, hermanos. Acá Sofi desde su pequeño templo digital, enseñándoles esta tradición Católica tan bonita para esperar la llegada de Jesús hasta que llegue Navidad. Nosotros nos preparamos para recibir a nuestro salvador. La luz de Cristo se mantiene encendida en nuestros corazones. Es época de unidad entre hermanos ¿pero acaso todos estamos unidos? Los invito a detenerse en el anhelo del Señor, que ya no exista enemistad, odio entre nosotros. A reflexionar e ir más allá del impulso natural, promoviendo el amor y la paz, rezando por aquel que incluso nos dañó alguna vez.
Este Domingo que pasó comenzó el Tiempo de Adviento, no esperemos más para llevar ese mensaje de amor al prójimo. Hay que sentirnos dichosos de presenciar el nacimiento del Señor y estar atentos a aquel que nos necesita, no alejarnos del verdadero propósito en estas fechas. Sabemos que podemos estar rodeados de todo aquello material, pero eso no debería deslumbrarnos. Simplemente debemos tener la mirada puesta en lo alto y todo en nuestras vidas será diferente.
La forma circular de la corona nos habla del amor de Dios, que nunca tendrá fin y del amor que nosotros tenemos hacia él como el prójimo, que también será eterno. El color verde en sus ramas nos trae esperanza, el don de la vida. Nuestro anhelo debe ser estar unidos al Padre. Él quiere que esperemos su gracia, perdón y gloria eterna al final de nuestras vidas. Las cuatro velas del Adviento, que son tres moradas, una rosada y una blanca, nos alejan con su luz de la oscuridad del pecado que nos ciega apartándonos de Dios.
Ellas representan los cuatro Domingos de Adviento, encendiéndose las tres primeras de color morado en primer, segundo y cuarto Domingo, mientras que la rosada en el tercero celebrándose el llamado Domingo Gaudete, o bien ese Domingo próximo a Navidad donde con alegría esperamos el nacimiento de Cristo. Algunas coronas también tienen un lazo rojo, para simbolizar el amor mutuo que existe entre el Señor y sus hijos. Incluso portan frutos rojos, en afán de hacer ver nuestros pecados pero también la promesa de salvación que viene con Jesús. Las campanas que llevan algunas coronas, también son especiales. Representantes de nuestra espera activa como Cristianos en la Fe.
Ahora, díganme ¿también han empezado a encender las velitas de su Corona de Adviento? Si todavía no lo hicieron, los invito amorosamente para llevar el mensaje del amor del Padre a sus familias esta Navidad. Los abrazo desde lejos y que los dones del Espíritu Santo se derramen sobre cada uno de ustedes, que está leyendo esto. Tengan en cuenta cómo arrancó mi blog, hablando de una experiencia de amor. Esto no es más que otra cosa sobre la que aprendí. A no realizar esperas pasajeras durante esta maravillosa época del año.
Ahora solamente sé esperar en el Amor y en la Fe, que son el camino hacia una vida feliz.
-Sofi.
PCC Adrogué 2019.
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