Él nunca nos abandona, a sus ojos siempre seremos valiosos tesoros. |
Mis queridos hermanitos digitales. Me disculpo de antemano. No soy la persona que una vez arranca algo deja sus proyectos a medias, por lo que mi objetivo sigue siendo acercarlos a Jesús como algún día mis catequistas hicieron conmigo. No les voy a mentir, de alguna manera mi Fe en este último tiempo fue difícil de mantener, como una vela que se apaga una vez la llama llega a su punto máximo. Faltó poco, pero sigue más brillante que nunca. Porque el amor de Cristo inundó mi corazón y entendí que jamás estaré sola siguiendo sus pasos. Volver a casa me hizo comprender en estos momentos de necesidad cuánto necesitaba de su entrega, de su amor incondicional. Sé que la Cuarentena hace que la mayoría se sienta aislado, solitario. La pandemia nos pone en tinieblas, pero si permitimos que ellas se queden con nosotros... entonces algo está fallando. Dentro sobre todo. Cuando deberíamos ser sal y luz. Llevar un mensaje positivo a este mundo que está tan falto de eso. Un mensaje de amor verdadero...
Pedir palabra esta vez no me servía, porque mis ojos estaban apagados. Buscaba ese destello de felicidad en las otras personas sin entender que ellas no tenían eso para mí, sino que el amor vivía dentro de mi ser y yo necesitaba expresarlo para ser feliz. Por eso mis dedos sacan chispas escribiendo estas cosas. No es fácil para mí admitir que dejé de ser esa Sofi iluminada que comenzó este blog llena de esperanzas, metas y sueños. No obstante estoy retomando. Paso a paso, con un anhelo profundo de invitarte a la orilla de los que creemos. Es un volver a casa, como quien dice.
Porque una vez Cristiano Católico, siempre pertenecerás. A una enorme comunidad, mas también a una familia que es mucho más grande que uno mismo. Hoy quiero compartirte mi experiencia, porque quizá a lo mejor te sirve saber que soy tan humana como vos. Que quiero entrar en tu vida y quizá ayudar a que su Espíritu Santo alumbre tu casa. Pero esperá, que esa no es la mejor parte. Una vida junto a Jesús puede ser maravillosa si te proponés ser valiente, arriesgando tu comodidad por alcanzar amor. El aire se empieza a llenar de esperanza mientras lo dejás abrirse paso y hacerte renacer como persona, donde empezás a darte cuenta que ya no sos vos, sos la mejor versión de vos. Sos, pero no sos. En realidad... te cambia todo.
La forma de ver el mundo que te rodea, de mirar a otros. Incluso ese que llamaste un día desconocido se vuelve tu familia. No importa si están cerca o lejos, se dan un enorme abrazo fraterno en la Fe. Sé que algún día cruzándote (al menos eso espero), quizá te vaya dando uno "físico", aparte de espiritual. Por el momento, me conformo con pintar una sonrisa en tu carita en estos días tan de bajón. Jesús de todos modos se encargará de hacer de tus días algo diferente, no te preocupes. En esos momentos incluso donde más solo podés llegar a sentirte. Como dije en un posteo anterior, Él es el amigo que nunca te va a fallar. Contame...
¿Vos también ponés tu corazón en sus manos durante esta Cuarentena para ser sanado?
Sofi.
Comentarios
Publicar un comentario